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¿Fealdad? Sí eres feo, haz esto.

Cuando te miras en el espejo, ¿ves a una persona fea? Quizá sea exagerado decir que eres, en conjunto, una persona fea. Algo muy común es encontrar partes del cuerpo que no nos gustan.

La piel no es bonita, la nariz muy grande, un diente torcido, barriga hinchada, ser demasiado bajo. Lo ideal sería observar nuestra propia imagen con aceptación, tranquilidad e incluso orgullo por todos los detalles de nuestro cuerpo.

Hay gente que suele decir “Yo no soy feo. Son los demás que no me ven guapo”. Sin embargo, ciertas personas pueden sentirse extremadamente mal por una percepción incorrecta, exagerada, distorsionada.

La persona que se considera muy fea puede pasar por un gran sufrimiento. Esto no es sólo orgullo, sino que puede perjudicar relaciones e incluso la carrera profesional. ¿Qué hacer cuando te sientes feo? Si tienes coraje para enfrentarte a tus imperfecciones, pon el vídeo en pausa y comenta aquí abajo con qué parte de tu cuerpo estás menos satisfecho. Vamos a usar esa información más tarde para hacer un ejercicio que te ayuda a aumentar tu calidad de vida.

¿Listo? ¿Has comentado qué parte de tu cuerpo (o quizá el cuerpo entero) consideras fea? Primero sólo deja el comentario sobre qué parte de tu cuerpo consideras que es fea. Y ahora, reflexiona para ti: ¿qué emoción te provoca? ¿Rabia?

¿Enfado? ¿Vergüenza? ¿Timidez? ¿Ansiedad? Después de entender tus emociones, seguimos.

La sensación de fealdad ha aumentado alrededor del mundo, ya que el cerebro humano hace comparaciones con la información disponible. La primera cosa sobre la que tienes que tener consciencia es que, antes de internet, la base disponible para hacer comparaciones era mucho menor.


Comparabas tu nivel de belleza con las personas de tu círculo social y con algunos famosos que aparecían en televisión y en las revistas. Hasta hace poco, había pocos canales de televisión y pocas revistas en circulación. Hoy en día, las redes sociales nos dan acceso a todo el mundo que esté conectado.

Por eso, es obvio que vas a encontrar ejemplos de personas que son mucho más guapas, sobre todo dentro de tu cánon de belleza. Hoy en día estás siendo comparado con las mejores fotos de las personas más guapas del planeta y que, muchas veces, usan retoques de edición de imagen. Existen estudios que revelan la relación entre la cantidad de uso de redes sociales llenas de fotos y los problemas de autoestima con el cuerpo.

De forma parecida, si me gusta, por ejemplo, tocar música o practicar algún deporte, hoy en día puedo investigar por internet para encontrar vídeos del desempeño o actuación de los mejores del mundo. Y no tengo que sentirme un fracasado por no tener el mismo nivel habilidad.


Por eso no tiene sentido que te compares con personas cuya profesión se basa en la imagen estética, y les pagan para entrenar su cuerpo, para hacerse cirugías estéticas, para probar ropa, maquillaje, accesorios e incluso medicamentos enfocados a la belleza. Pero mantén la calma. Quizá ahora me digas que no tienes que compararte con personas guapas para saber que esas espinillas en la cara te hacen feo.



Entonces, ¿qué hacemos? Estudia las soluciones viables para seguir mejorando siempre. Y, con relación a tu belleza física, se puede aplicar de varias formas. Primero, investiga y valora para entender con claridad qué puedes modificar o no.

Te voy a dar tres ejemplos para ilustrar diferentes niveles de viabilidad (alta, media y baja). Alta viabilidad. Por ejemplo, si lo que has escrito en los comentarios es algo que puedes cambiar de forma viable, entonces prueba las soluciones y observa cómo te sientes.


Si has escrito que no te gustan tus granos, puedes encontrar un cambio de alimentación que te ayude. O una rutina diferente de limpieza y cuidado de la piel.

Para entender mejor la alimentación y las hormonas. Son ejemplos considerados viables porque son prácticos y tienen un bajo coste para experimentar con ellos, además de un riesgo bajo. Media viabilidad. Sin embargo, si has escrito que no te gusta la forma de tu nariz, el coste financiero de llevar a cabo una solución de cirugía estética, es mayor.

También el riesgo es algo mayor, ya que estamos hablando de una cirugía. Entonces, dependiendo de tus recursos económicos y de cómo te sientas sobre los riesgos asociados, puede ser viable o no.


Baja viabilidad. En caso de nos hayas contado que lo que te incomoda es el hecho de ser muy bajo, entonces va a ser difícil encontrar alternativas viables. Puedes usar zapatos con una suela unos centímetros más alta.

Puedes cambiar tu peinado, para dar la impresión de ser más alto o alta. Puedes mejorar tu postura. También existe una dolorosa y cara cirugía para hacerse más alto, algo inviable para la gran mayoría de personas.


¿Entiendes cómo es el proceso de toma de decisión? Siempre es necesario entender lo que quieres y el precio que estás dispuesto a pagar.

Sobre los costes, hay personas que se gastan mucho dinero en maquillaje, pasan por los riesgos de usar esteroides anabolizantes o cirugía… o malgastan tiempo sacándose cientos de fotos para conseguir, por lo menos, una foto que les guste. Por todo eso, la fealdad percibida tiene una importancia que va mucho más allá de la pura vanidad y, por eso, es importante enfrentarnos a este tema de forma seria. Ahora, ¡atención! Es posible que incluso una cirugía cara y dolorosa no lo resuelva. Seguro que estás pensando en personas que han pasado por varias cirugías para hacerse retoques y nunca están satisfechas.

El problema en este caso no está en la presencia física y estética.


El problema está dentro de nosotros mismos, en la forma en la que vemos nuestra propia imagen. En esos casos, ¿lo que pide el paciente es una modificación física del cuerpo, o quiere verse a sí mismo de forma diferente? Por un lado existe el deseo de cambio estético objetivo pero, por otro lado, también existe el deseo de cambiar la percepción de la propia imagen subjetiva. Ten fuerza para cambiar lo que se pueda cambiar… y tranquilidad para aceptar lo que no se pueda cambiar.

La clave principal del desarrollo personal es conseguir tomar decisiones conscientes y tener tranquilidad. Cuando ves que la solución no es viable, significa que el cambio objetivo, visual, estético o externo no es posible. Por lo tanto, ahora puedes subir de nivel y trabajar en una dimensión diferente, buscando un cambio subjetivo, interno. Tienes que cambiar la forma en la que te relacionas contigo mismo y cómo te sientes sobre esa fealdad. No te estoy diciendo que huyas de la realidad.

No basta con dejar de mirar los cuerpos esculturales de las revistas y las redes sociales llenas de personas aparentemente perfectas.



Intentar aislarse es muy difícil y puede causar otro tipo de ansiedad. Es mejor seguir trabajando nuestro desarrollo personal sobre la forma en la que nos vemos a nosotros mismos. Si no haces el proceso de aceptación adecuadamente, puedes pasar por mucho sufrimiento innecesario, como en el caso de personas que sufren TDC - Trastorno Dismórfico Corporal, que antiguamente se conocía como dismorfofobia. Este trastorno ocurre cuando un pequeño defecto corporal provoca una insatisfacción desproporcionada.

Sentirse feo puede convertirse en una obsesión y empezar a perjudicarte en el día a día. El Trastorno Dismórfico Corporal - TDC perjudica tu calidad de vida por culpa de un error de percepción. El TDC es una preocupación exagerada y desproporcionada causada por una falsa percepción de quién somos. El TDC es mucho más intenso que creer que una parte de tu cuerpo es fea. Es un trastorno estar todos los días pensando constantemente en ello, incluso cuando otras personas de confianza te dicen que ese defecto es algo normal e imperceptible.



Empieza a afectar a tu vida, empiezas a dejar de participar en actividades por culpa de esa fealdad que percibes. Por ejemplo, no quieres salir en las fotos de familia porque te consideras feo, o no quieres quedar con amigos en la playa o en la piscina porque no quieres enseñar tu cuerpo. El Trastorno Dismórfico Corporal puede causar tanta ansiedad que da miedo ser juzgado y ridiculizado… y, cuando pasa algo indeseado en la vida o en el trabajo, empiezas a creer que no te han tratado bien justo por tu apariencia física. Este es el prejuicio de interpretación, que ocurre cuando pasas por alguna experiencia negativa y empiezas a creer que es exclusivamente por culpa de tu cuerpo. Imagínate, por ejemplo, que soy un conductor malísimo y alguien me toca el claxon.

En este caso creo que la gente es maleducada porque soy feo… En vez de darme cuenta que en realidad tengo que aprender a conducir mejor.


El prejuicio de interpretación dificulta mi desarrollo personal. No tenemos que irnos al extremo caso del TDC. Aunque sólo estés ligeramente incómodo con tu apariencia física, es posible trabajar tu percepción y autoestima. Y una solución basada en pruebas científicas es la Terapia de Exposición al Espejo.

La Terapia de Exposición al Espejo es parecida a un proceso de meditación. Puedes usar un espejo para tener una mejor gestión de tus emociones sobre tu propio cuerpo. Esto funciona muy bien en casos no patológicos, en situaciones más comunes en las que sólo estamos algo insatisfechos con nuestro propio cuerpo. Sin embargo, si sufres depresión clínica o algún caso grave con historial de autolesión, obviamente debes buscar ayuda inmediata de profesionales de confianza. Vamos a volver a los ejemplos más comunes.

Si, por ejemplo, no te gusta la forma de tu nariz, evita imaginarte qué bien estaría tener una forma de nariz diferente.


Puede ser mucho mejor para tu bienestar psicológico sencillamente aceptar tu nariz tal y como es, aceptar que existen diferentes tipos de narices en el mundo y que no hay una forma correcta o incorrecta. No estoy diciendo que nadie deba hacerse nunca una cirugía estética. Hay casos en los que el autoestima de una persona aumenta mucho después de pasar por una cirugía estética viable de bajo riesgo, y que no perjudique a la persona económicamente. Lo que digo es que no puedes huir de tus defectos percibidos.

No debes huir de la verdad. Al contrario, tienes que buscar la verdad con el enfrentamiento y la observación de cómo es tu cuerpo. Así es como puedes iniciar el proceso saludable de autoevaluación y de comprender quién eres. La Terapia de Exposición al Espejo es un tipo de terapia cognitivo-comportamental de exposición.


Un terapeuta entrenado guía a paciente mirándose al espejo durante varias sesiones con el objetivo final de mejorar la imagen corporal a través de la habituación, de acostumbrarte con tu propia imagen desde una observación más saludable.

¿Te interesa saber más? Entonces te voy a comentar tres modalidades interesantes. Puedes adoptar un tono neutro, libre o positivo al hacer tus comentarios frente al espejo. La primera modalidad es neutra, y tengo que estar mirando a diferentes partes de mi cuerpo sin juzgar. Esto se hace de forma neutra y objetiva, como si estuviese sencillamente describiendo algo.

Es parecido a la meditación, en la que aprendes a ver las cosas tal y como son. Esto es muy difícil porque es común observar los pequeños detalles que llaman la atención y que te gustaría que fuesen diferentes. Es normal que empieces a juzgarte, observándote y diciéndote a ti mismo que te faltan músculos en el brazo, que te gustaría que la cintura fuese más estrecha, que la nariz fuese más pequeña… y cuando te das cuenta de que estás juzgándote, mantén la tranquilidad y deja que el pensamiento se vaya.


Tan solo observa como el pensamiento viene y se va, sin juzgarte. Por ejemplo, en vez de describir tu piel como “fea”, fíjate en que esto es un juicio.

Puedes describirte diciendo que tu piel tiene manchas y acné. Esta es una descripción más neutra. Y piensa también desde la perspectiva de un observador independiente. Si te encontrases con una persona cercada con la piel parecida a la tuya, ¿qué pensarías? Es bastante probable que veas las mismas características de piel con una mirada más amable y con mayor aceptación.

Mantén tu mente en el momento presente. No te imagines cómo te gustaría estar en el futuro si te esfuerzas a ir habitualmente al gimnasio.


No te pongas a pensar que en el pasado eras más guapo y no tenías arrugas en la piel. Sencillamente observa cómo son las cosas hoy, en el ahora. Si no te gusta ser neutro, también puedes probar un segundo punto de vista, que es la exposición pura.

Miras al espejo y expresas libremente con autenticidad todos los sentimientos que experimentes cuando estás observando tu propio cuerpo. No es necesario ser neutro, y puedes decir todo lo que no te gusta de ti mismo cuando te mires en el espejo, qué detalles no te gustan y qué consideras que es feo. Este no es un proceso agradable, pero puede ayudar en el proceso terapéutico.


Un tercer punto de vista es una exposición al espejo con un enfoque positivo en el que diriges tu foco de atención a las áreas del cuerpo que más te gustan. El lenguaje es positivo.

Esto funciona porque se produce una modificación en la autointerpretación que tienes sobre tu propio cuerpo. Ganas sabiduría y consciencia sobre quien eres. Esto te ayuda a reducir el prejuicio de interpretación. También puedes reducir tu prejuicio de atención. Empiezas a ver tu cuerpo como un todo y no sólo te centras en las partes que no te gustan de ti mismo.

Puedes verte de forma diferente y reducir el filtro de negatividad y rechazo. Esta es una forma de reciclar la manera en la que interpretas tu propia imagen, y así conseguir tener mayor amor propio y aceptación.


Consejo extra: Utiliza un reloj con alarma para hacer una sesión de observación ante el espejo durante diez minutos como parte de tu ritual matutino o nocturno.

El desarrollo personal aumenta tu consciencia y sabiduría para tratar con los desafíos de la fealdad que percibimos.


Una parte de tus defectos percibidos puede ser mejorada a través de una alimentación mejor, haciendo más ejercicio, estiramientos, ropas más ajustadas, saber hacer mejores poses al sacarte fotos o incluso cirugía estética en algunos casos. Tu sabiduría y autoconocimiento serán útiles para conseguir diferenciar lo que está dentro de tus posibilidades y que puedes cambiar, y lo que tienes que aceptar porque no hay posibilidad viable de cambiarlo. Si quieres tener unos brazos más musculosos, puedes ir al gimnasio.

Si quieres ser más alto o más bajo, no hay mucho que hacer. Y lo tienes que aceptar.

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